El abrazo roto
Sex Fiction
Ballenas perfumadas paseamos cruzando el hilo de la muerte.
Los heridos parecen haber roto sus ataduras,
y salimos tranquilos viejos planetas rotos
por paredes de noche, hacia el barco que espera.
Niños muertos, cadáveres de sencilla sonrisa
llueven plomo, musitan palabras que son máscaras.
Ponen gafas de niebla y de té
para ocultar el deseo, que informa nuestras tardes y todas nuestras noches.
Hierve el agua en sus teteras, intentamos el sexo más nuevo,
y dormimos en camas de siempre espacio yerto.
Cocodrilo del aire, mi viejo amigo el saurio
se oculta en todas las esquinas, y sólo exhibe
su sonrisa en los pliegues.
Por las calles vigilan enemigos de un tiempo que antes estaba vivo,
y los templos dormidos se estremecen en brillos.
Ametrallada la noche
se descubre sin horas,
y engarza en los cuerpos.
Eduardo Haro Ibars (Madrid, 1948-1988)
Los heridos parecen haber roto sus ataduras,
y salimos tranquilos viejos planetas rotos
por paredes de noche, hacia el barco que espera.
Niños muertos, cadáveres de sencilla sonrisa
llueven plomo, musitan palabras que son máscaras.
Ponen gafas de niebla y de té
para ocultar el deseo, que informa nuestras tardes y todas nuestras noches.
Hierve el agua en sus teteras, intentamos el sexo más nuevo,
y dormimos en camas de siempre espacio yerto.
Cocodrilo del aire, mi viejo amigo el saurio
se oculta en todas las esquinas, y sólo exhibe
su sonrisa en los pliegues.
Por las calles vigilan enemigos de un tiempo que antes estaba vivo,
y los templos dormidos se estremecen en brillos.
Ametrallada la noche
se descubre sin horas,
y engarza en los cuerpos.
Eduardo Haro Ibars (Madrid, 1948-1988)
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