Acerca de esto me habló un amigo
Las palabras Di y recibí amor. Esparcí el odio, y nació en mi un fuerte deseo de venganza. Abandoné la esperanza, y me estrellé ante lo detestable. Desmonté toda emoción sana, y se diluyó en mi toda pulsión sensata. Pero en medio de mis miserias forje un sueño, y fui hacia él con toda mi ignorancia a cuestas, bogando como un pez tuerto. Y siempre encontraba lo mismo: mi duda lacerante, mi mente en nebulosa, como absorta en una visión zen inconclusa. Continué vagabundeando por caminos sinuosos y canallas, erróneos casi siempre. En la torpe deriva vi la insana vanidad de antiguos ídolos de barro , su ridícula pose de papel y vinilo; pude mandarlos a todos a la puta mierda. Aunque todo eso ahora ya no importa nada. Mientras el drama inminente llamaba en mi puerta, alguien esencialmente bueno vino al rescate de la caída libre y abismal en un a Nada desesperante. Y fue la luz pura de las palabras, quien junto a mi vol...