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Mostrando las entradas etiquetadas como poesía clásica española

Déjonos harto consuelo su memoria

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Coplas A La Muerte De Su Padre y...( 7 ) XXXIII Después de puesta la vida tantas veces por su ley al tablero, después de tan bien servida la corona de su rey verdadero, después de tanta hazaña a que no puede bastar cuenta cierta, en la villa de Ocaña vino la Muerte a llamar a su puerta. XXXIV Diciendo: Buen caballero, dejad el mundo engañoso y su halago; vuestro corazón de acero muestre su esfuerzo famoso en este trago; y pues de vida y salud hicistéis tan poca cuenta, por la fama esfuércese la virtud para sufrir esta afrenta, que os llama. XXXV No se os haga tan amarga la batalla temerosa que esperáis, pues otra vida más larga es la fama gloriosa que acá dejáis. Aunque esta vida de honor tampoco es eternal ni verdadera, mas con todo es muy mejor que la otra temporal perecedera. XXXVI El vivir que es perdurable no se gana con estados mundanales, ni con vida delectable do moran los pecados infernales; mas los buenos religiosos g

Por méritos y ancianía bien gastada alcanzó la dignidad

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Lugar exacto en Santa María de Campo Rus donde cayó alanceado el poeta Jorge Manrique, junto al castillo de Garcimuñoz en el señorío de Villena. Coplas A La Muerte De Su Padre ( 6 ) XXVII En ventura Octaviano, Julio Cesar en vencer  y batallar, en virtud Africano, Anibal en el saber y trabajar, en bondad un Trajano, Tito en liberalidad con alegría, en su brazo Aureliano, Marco Atilio en la verdad que prometía. XXVIII Antonino Pío en clemencia, Marco Aurelio en igualdad del semblante, Adriano en elocuencia, Teodosio en humanidad y buen talante, Aurelio Alejandro fue en disciplina y rigor de la guerra, un Constantino en la fe, Camilio en el gran amor a su tierra. XXIX No dejó grandes tesoros, ni alcanzó muchas riquezas ni vajillas; mas hizo la guerra a los moros, ganando sus fortalezas y sus villas; y en las lides que venció, cuántos moros y caballos se perdieron; y en este oficio ganó las rentas y vasallos que le dieron. XXX Pues por

Maestres tan prosperados como reyes...

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  Panteón del castillo de Uclés (Cuenca) de la Orden de Santiago. Aquí está enterrado Jorge Manrique y sus padres. Coplas A La Muerte De Su Padre ( 5 ) XXI Pues aquel Condestable, maestre que conocimos tan privado, no cumple que de él se hable, mas sólo cómo lo vimos degollado. Sus infinitos tesoros, sus villas y lugares, su mandar, ¿qué le fueron si no lloros? ¿qué fueron si no pesares al dejar?. XXII Y los otros dos hermanos, maestres tan prosperados como reyes, que a grandes y medianos trajeron tan sojuzgados a sus leyes; aquella prosperidad que en tan alto fue subida y ensalzada, ¿qué fue si no claridad, que cuando más encendida fue matada?. XXIII Tantos duques excelentes, tantos marqueses y condes y barones como vimos tan potentes; di, Muerte, ¿do los escondes y traspones?. Y las sus claras hazañas que hicieron en las guerras y en las paces, cuando tú, cruda, te ensañas, con tu fuerza los aterras y deshaces. XXIV Las huestes innum

Qué Se Hicieron Las Damas Sus Tocados Y Vestidos, Sus Olores

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  Coplas A La Muerte De Su Padre (4 ) XVI ¿Que se hizo el rey Don Juan?. ¿Los infantes de Aragón, qué se hicieron?. ¿Qué fue de tanto galán, qué de tanta invención que trajeron?. ¿Fueron sino devaneos, qué fueron sino verduras de las eras, las justas y los torneos, paramentos, bordaduras y cimeras? XVII ¿Qué se hicieron las damas, sus tocados y vestidos, sus olores?. ¿Qué se hicieron las llamas de los fuegos encendidos de amadores?. ¿Qué se hizo aquel trovar, las músicas acordadas que tañían?. ¿Qué se hizo aquel danzar, aquellas ropas chapadas que traían?. XVIII Pues el otro, su heredero Don Enrique, qué poderes alcanzaba. ¡Cuán blando, cuán halaguero el mundo con sus placeres se le daba!. Mas verás cuán enemigo, cuán contrario, cuán cruel se le mostró; habiéndole sido amigo, ¡cuán poco duró con él, lo que le dio! XIX Las dádivas desmedidas, los edificios reales llenos de oro, las vajillas tan fabridas, los enriques y reales del te

Desque vemos el engaño...

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  Coplas A La Muerte De Su Padre ( 3 ) XI Pero digo que acompañen y lleguen hasta la huesa con su dueño: por eso no nos engañen, pues se va la vida apriesa como sueño; y los deleites de acá en que nos deleitamos,  son temporales, y los tormentos de allá que por ellos esperamos eternales. XII Los placeres y dulzores de esta vida trabajada que tenemos, no son sino corredores, y la muerte la celada en que caemos. No mirando a nuestro daño, corremos a rienda suelta  sin parar; desque vemos el engaño, y queremos dar la vuelta, no ha lugar. XIII Si fuese en nuestro poder hacer la cara hermosa corporal, como podemos hacer al alma tan gloriosa angelical, qué diligencia tan viva tuviéramos toda hora y tan presta en componer la cautiva, dejándonos la señora descompuesta. XIV Esos reyes poderosos que vemos por escrituras ya pasadas, con casos tristes, llorosos, fueron sus buenas venturas trastornadas; así que no hay cosa fuerte que

Ved de cuán poco valor son las cosas tras que andamos

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  Monumento a Jorge Manrique en Segura de la Sierra (Jaén) Coplas A La Muerte De Su Padre ( 2 ) VI Este mundo bueno fue si bien usásemos dél como debemos, porque según nuestra fé, es para ganar aquel que atendemos. Aún aquel Hijo de Dios para subirnos al cielo, descendió a nacer acá entre nos, y a morir en este suelo do murió. VII Ved de cuán poco valor son las cosas tras que andamos y corremos, que en este mundo traidor aún primero miramos; las perdemos. De ellas deshace la edad, de ellas casos desastrados que acaecen, de ellas por su calidad en los más altos estados desfallecen. VII Decidme: la hermosura, la gentil frescura y tez de la cara, la color y blancura cuando viene la vejez, ¿cuál se para?. Las mañas y ligereza y la fuerza corporal de juventud, todo se torna graveza, cuando llega al arrabal de senectud. IX Pues la sangre de los godos y el linaje y la nobleza tan crecida, por cuántas vías y modos se pierde su gran alteza

Nuestras vidas son los ríos

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La versión de este espléndido poema pertenece al catálogo de la Biblioteca Virtua l Miguel de Cervantes . "Este poema merece quedar escrito en letras de oro" , dijo Lope de Vega. Particularmente pienso que debería estar esculpido en oro de cincuenta quilates en el frontispicio de la RAE. Es el más hermoso cumplido que puede imaginarse para un poema. Coplas A La Muerte De Su Padre ( I ) I Recuerde el alma dormida, avive el seso y despierte contemplando cómo se pasa la vida, cómo se viene la muerte tan callando; cuán presto se va el placer, cómo, después de acordado, da dolor; cómo a nuestro parecer cualquier tiempo pasado, fue mejor. II Pues si vemos lo presente cómo en un punto es ido y acabado; si juzgamos sabiamente, daremos lo no venido por pasado. No se engañe nadie, no, pensando que ha de durar lo que espera más que duró lo que vio, pues todo ha de pasar por tal manera. III Nuestras vidas son los ríos que van a dar en la mar, que es

El Muro Final Inapelable

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Muerte A Lo Lejos                     Je soutenais l´eclat de la mort toute pure                                                                    Paul Valery Alguna vez me angustia una certeza, y ante mí se estremece mi futuro. Acechándole está de pronto un muro del arrabal final en que tropieza la luz del campo. ¿Mas habrá tristeza si la desnuda el sol?. No, no hay apuro todavía. Lo urgente es el maduro fruto. La mano ya le descorteza. ...Y un día entre los días el más triste será. Tenderse deberá la mano sin afán. Y acatando el inminente poder, diré sin lágrimas: embiste, justa fatalidad. El muro cano va a imponerme su ley, no su accidente. Jorge Guillen (1893-1894)

Un Profesional De La Poesía En El Siglo XIV

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A los amores de una mora Quien de linda se enamora atender debe perdón en caso que sea mora. El amor e la ventura me ficieron ir mirar muy graciosa criatura del linage de Agar; quien fablare verdat pura, bien puede decir que non tiene talle de pastora. Linda rosa muy suave vi plantada en un vergel, puesta so secreta llave de la linia de Ysmael: aunque sea cosa grave, con todo mi corazón la recibo por señora. Mohammad el atrevido ordenó que fuese tal, de aseo noble, complido, albos pechos de cristal: de alabasto muy broñido debió ser con grant razón lo que cubre su alcandora. Diole tanta fermosura que no lo non puedo decir; cuantos miran su figura todos la aman servir. Con lindeza e apostura vence a todas cuantas son de alcurnia allí donde mora. Non sé ombre tan guardado que viese su resplandor, que non fuese conquistado en un punto de su amor. Por haber tal regalo, yo expondría la mi alma pecadora. Alfonso Alvarez de Villasandino (Roman

Aquí Se Perdió Granada...

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Romance del rey moro que perdió Alhama (Año1492) Paseábase el rey moro por la ciudad de Granada, desde la puerta de Elvira hasta la de Vivarrambla: -Ay, de mi Alhama... Cartas le fueron venidas que Alhama era ganada; las cartas echó en el fuego, y al mensajero matara: -Ay, de mi Alhama... Descabalga de la mula, y en un caballo cabalga, por el Zacatín arriba subido se había al Alhambra: -Ay, de mi Alhama... Como en el Alhambra estuvo, al mismo punto mandaba que se toquen sus trompetas y sus añafiles de plata: -Ay, de mi Alhama... Y que las cajas de guerra apriesa toquen al arma, porque lo oigan sus moros, los de la Vega y Granada: -Ay, de mi Alhama... Los  moros que el son oyeron que al sangriento Marte llama, uno a uno y dos a dos juntado se ha la gran batalla: -Ay, de mi Alhama... Allí habló un viejo moro, y de esta manera hablara: -Para qué nos llamas, rey,   para qué es esta llamada: -Ay, de mi Alhama...   Habéis de saber, amigos

Una De Mitos y Leyendas

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Romance de Lanzarote Tres hijuelos había el rey, tres hijuelos que no más; por enojo que hubo de ellos, todos maldito los ha. El uno se tornó ciervo, el otro se tornó can, y el otro se tornó moro que pasó las aguas del mar. Andábase Lanzarote entre las damas holgando, grandes voces dio la una: -Caballero, estad parado; si fuese la mi ventura cumplido fuese mi hado, que yo casase con vos y vos conmigo de grado, y me diésedes en arras aquel ciervo del pie blanco. -Dároslo he yo, mi señora, de corazón y de grado, si supiese yo las tierras do el ciervo era criado. Ya cabalga Lanzarote, ya cabalga y va su vía, delante de sí llevaba los sabuesos por traílla. Llegado había a una ermita, do un ermitaño había: -Dios te salve, el hombre bueno. -Buena sea tu venida;   cazador me parecéis   en los sabuesos que traéis. -Dígasme tú, el ermitaño,   tú que haces santa vida.   Ese ciervo del pie blanco   adonde hace su manida. -Quedaros aquí, mi hijo,   ha

Abenamar, Abenamar...

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Romance de Abenamar Por Guadalquivir arriba el buen rey Don Juan camina; encontrara con un moro, que Abenamar se decía. El buen rey desque vido de esta suerte le decía: - Abenamar, Abenamar, moro de la morería, hijo eres de perro moro y de cristiana cativa. Tu padre llaman Alí y a tu madre Catalaina. Cuando naciste estaba la luna crecida, y la mar estaba crecida, viento no la rebullía. Moro que en tal signo nace no debe decir jamás mentira. Preso tengo un hijo tuyo; yo le otorgaré la vida, si me dices la verdad de lo que te preguntaría. - Yo te la diré, rey Don Juan, si tú le otorgas la vida. - Dígasmela tú, moro, que otorgada te sería. Qué castillos son aquellos, que tal alto se yerguen y relucen. -La Alhambra es, Señor, y la otra la Mezquita; los otros los Alíjares, labrados a maravilla. El moro que los labró cien doblas ganaba al día, y el día que no los labra, de lo suyo las perdía; desque los tuvo labrados, el rey le quitó la vida, p

El capellan de la Duquesa de Villahermosa

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A una dama que desdeñaba un paje suyo, con quien estaba amancebada Pues tú con tanta propiedad desdeñas ese paje que es todo tu apetito, miente de cualquier cosa el sobrescrito: no es frío el hierro ni ásperas las penas. Sabe, señora, que una de tus dueñas (a quien yo algunas veces ejercito), me hace ver en tus brazos el cabrito que, como cabra, en tu retrete ordeñas. Pues yo le vi atreverse a tu camisa, suplir pródigamente ajenas menguas de tu marido por tu industria ausente; y mientras ambos os chupáis las lenguas; yo, atento al espectáculo, impaciente, muerdo la mía con envidia y risa. Bartolomé Leonardo de Argensola (Barbastro, 1562-1631)

Góngora y la esperanza

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Romance Las flores del romero, niña Isabel, hoy son flores azules, mañana serán miel. Celosa estás, niña, celosa estás de aquel dichoso pues le buscas, y ciego pues no te ve, ingrato pues te enoja, y confiado pues no se disculpa hoy de lo que hizo ayer. Enjuaguen esperanzas lo que lloras por él, que celos entre aquellos que se han querido bien, hoy son flores azules, mañana serán miel. Aurora de ti misma que cuando a amanecer a tu placer empiezas, te eclipsan tu placer; serénense tus ojos y más perlas no des, porque al sol le está mal lo que a la aurora bien. Desata como nieblas todo lo que no ves, que sospechas de amantes y querellas después hoy son flores azules, mañana serán miel. Don Luis de Góngora Del Romancero Español de Dámaso Alonso 

Hoy una fábula

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Fábula de la Zorra y el Busto Dijo la Zorra al Busto, después de olerlo: Tu cabeza es hermosa, pero sin seso. Como éste hay muchos, que aunque parecen hombres, sólo son bustos. Felix María de Samaniego ( Laguardia, Álava 1745-1801 )

Cervantes y Forges, dos bromistas incombustibles

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Diálogo entre Babieca y Rocinante ¿Cómo estáis, Rocinante, tan delgado?. Porque nunca se come, y se trabaja. ¿Pues qué es de la cebada y de la paja?. No me deja mi amo ni un bocado. Ande, señor, que estáis muy mal criado, pues vuestra lengua de asno al amo ultraja. Asno es; de la cuna a la mortaja. Quereislo ver, miradlo enamorado . ¿Es necedad amar?  No, es gran prudencia . Metafísico estáis. Es que no como . Quejaos del escudero. No es bastante, cómo me he de quejar en mi dolencia, si el amo y el escudero, o mayordomo, son tan rocines como Rocinante. Miguel de Cervantes Saavedra Soneto inserto en el prólogo de la primera edición del Ingenioso Hidaldo

Lupercio de Argensola, un poeta barbastrense

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Si quiere Amor que siga sus antojos Si quiere Amor que siga sus antojos, y a sus hierros de nuevo rinda el cuello, que por ídolo adore un rostro bello, y que vistan su templo mis despojos; la flaca luz renueve de mis ojos, restituya a mi frente su cabello, a mis labios la rosa y primer vello, que ya pendiente y yerto es dos manojos. Y entonces, como sierpe renovada, a la puerta de Filis inclemente resistiré a la lluvia y a los vientos. Mas si no ha de volver la edad pasada, y todo con la edad es diferente, ¿por qué no lo han de ser mis pensamientos? Lupercio Leonardo de Argensola (Barbastro, 1559-1613)

El cura Bartolomé no se anda por las ramas

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A una dama que sin beber vino, ni tener negros los dientes, le olía mal la boca. Señal de poca castidad. Si nunca Baco y siempre fuente viva para tus labios su licor ofrece, y de apariencia artificial carece esa belleza sólida y nativa, ¿de qué causa tu aliento se deriva, que los tersos marfiles obscurece?. Hoy huele a yema pollo, que perece corrompido en la cáscara abortiva. Decir que en los convites excediendo se estraga el huelgo, como en su frecuencia de tu rara templanza te desvíes, no lo quiero creer, con tu licencia. Colorada te pones y te ríes. Mal disimulas, Filis, ya lo entiendo . Bartolomé Leonardo de Argensola (Barbastro, 1562-Zaragoza, 1631)

La amistad de Góngora y Juan de Tassis, Conde de Villamediana

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La muerte del Conde de Villamediana, de Manuel Castellano - Mentidero de Madrid, decidnos: Quién mató al Conde, no se sabe ni donde se esconde, sin discurso discurrid. -Dicen que le mató el Cid por ser el Conde lozano. ¡Disparate chabacano!. La verdad del caso ha sido que el matador fue Bellido y el impulsor soberano.                              Luís de Góngora El Conde de Villamediana fue asesinado a causa de un virote lanzado a su corazón por un ballestero real, sicario enviado por Felipe IV. Los celos consumían al putanero más grande que ciñó jamás un trono en la testa. Por los mentideros de Madrid (nótese la similitud con la telebasura rosa de hoy día) se rumoreaba insistentemente, con que tenía relaciones con la Reina Isabel de Borbón; y la evidencia para el celoso y ofendido de la supuesta traición la refleja muy bien una jugosa anécdota sobre la escena, y fue además, lo que colmó de manera definitiva la paciencia del Real ánimo. Estaba un día la Reina asomada en

Góngora: La mala leche del clérigo oscuro y el cortesano pelota

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Un detalle de la genuina, secular y muy española mala folla: un Quevedo mezquino y enriquecido haciéndole la rosca al Duque de Lerma, compró la casa donde vivía el muy pobre curita Góngora, y en cuanto el clérigo triste se quedó limpio como una patena, aquel perlas de la lengua castellana lo factura para Córdoba en packexpres. Eso es una buena enemistad. Y al infortunado andaluz  no le quedó otra que el talento, la palabra y la mala uva.   Jura Pisuerga a fe de caballero, Que de vergüenza corre colorado Sólo de ver que de Esgueva acompañado, Ha de entrar a besar la mano a Duero. Es sucio Esgueva para compañero (culpa de la mujer de algún privado) Y perezoso para dalle al lado, Y así ha corrido siempre muy trasero. Llegados a la puente de Simancas, Teme Pisuerga, que una estrecha puente Temella puede el mar sin cobardía. No se le da a Esguevilla cuatro blancas; Mas qué mucho si pasa su corriente Por más estrechos ojos cada día.