Cervantes y Forges, dos bromistas incombustibles




Diálogo entre Babieca y Rocinante

¿Cómo estáis, Rocinante, tan delgado?.
Porque nunca se come, y se trabaja.
¿Pues qué es de la cebada y de la paja?.
No me deja mi amo ni un bocado.

Ande, señor, que estáis muy mal criado,
pues vuestra lengua de asno al amo ultraja.
Asno es; de la cuna a la mortaja.
Quereislo ver, miradlo enamorado.

¿Es necedad amar? No, es gran prudencia.
Metafísico estáis. Es que no como.
Quejaos del escudero. No es bastante,

cómo me he de quejar en mi dolencia,
si el amo y el escudero, o mayordomo,
son tan rocines como Rocinante.

Miguel de Cervantes Saavedra
Soneto inserto en el prólogo de la primera edición del Ingenioso Hidaldo

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