Lupercio de Argensola, un poeta barbastrense
Si quiere Amor que siga sus antojos
Si quiere Amor que siga sus antojos,
y a sus hierros de nuevo rinda el cuello,
que por ídolo adore un rostro bello,
y que vistan su templo mis despojos;
la flaca luz renueve de mis ojos,
restituya a mi frente su cabello,
a mis labios la rosa y primer vello,
que ya pendiente y yerto es dos manojos.
Y entonces, como sierpe renovada,
a la puerta de Filis inclemente
resistiré a la lluvia y a los vientos.
Mas si no ha de volver la edad pasada,
y todo con la edad es diferente,
¿por qué no lo han de ser mis pensamientos?
y a sus hierros de nuevo rinda el cuello,
que por ídolo adore un rostro bello,
y que vistan su templo mis despojos;
la flaca luz renueve de mis ojos,
restituya a mi frente su cabello,
a mis labios la rosa y primer vello,
que ya pendiente y yerto es dos manojos.
Y entonces, como sierpe renovada,
a la puerta de Filis inclemente
resistiré a la lluvia y a los vientos.
Mas si no ha de volver la edad pasada,
y todo con la edad es diferente,
¿por qué no lo han de ser mis pensamientos?
Lupercio Leonardo de Argensola (Barbastro, 1559-1613)
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