La codicia del conquistador


Arrozal cerca de Calicut, donde desembarcó Vasco de Gama en Kerala

Al solo afán de viajar más allá
de una India espléndida y borrosa,
este saludo sea mensajero
del tiempo, cabo que tu popa dobla

sobre alguna jarcia baja
mientras cabecea con la carabela;
espumoso siempre en su aleteo
un pájaro de nueva anunciación

que gritaba monótono,
sin que el timón se desviara
de un inútil yacimiento:
noche, desesperación y pedrería

por su canto reflejado, hasta
en la sonrisa del pálido Vasco.

Stephanne Mallármè (1842-1898)
Trad. Juan Pueyo

Comentarios

Entradas populares de este blog

Déjonos harto consuelo su memoria

Qué Se Hicieron Las Damas Sus Tocados Y Vestidos, Sus Olores

Nuestras vidas son los ríos