I Recordando cosas bellas de Japón en sus días de tragedia
Un día ofrecido como regalo Como dejé el equipo de pesca en casa, regresé por el camino del río, y los pantalones se llenaron de cadillos. Luego, en una hondonada donde había remolinos, escuché murmullos de insectos y discursos de pájaros. Un par de ojos se sobrecogieron ante el color violeta de las flores de arrurruz y el plata de las espigas. Cuando me puse en marcha, voló una comadreja desde mis pies, y atravesó el vado un faisán. No es cierto. Voló un faisán desde mis pies y atravesó el vado una comadreja. Vi a lo lejos unos niños, que lanzaban y recogían sucesivamente los señuelos del estanque. En el cielo planea despacio un milano, y me quedé viéndolo, hasta que me dolió el cuello. Pronto un hombre gritaría, al encontrar un nido de ruiseñor entre las cañas. Tetsuo Nakagami [Osaka, 1939] Economista de la Universidad de Tokio. Su poesía es un homenaje a la Generación Beat norteamericana, muchos de cuyos ...