Pasternak y la patria eslava
Primavera
Todo esta primavera es especial,
más vivo el alboroto de los gorriones...
¿Cómo puedo expresar la claridad,
la quietud que en mi espíritu se impone?
Hoy se escribe y se piensa de otra forma,
y la voz vigorosa de los campos
vibra en el coral de una octava armónica
desde los territorios liberados.
El hálito fragante de la patria
barre del aire la huella invernal,
y los surcos oscuros de las lágrimas
bajo los ojos de la eslavidad.
La yerba quiere germinar por todo;
los callejones de la vieja Praga
están callados, a cual más tortuoso;
pero rebrotarán como barrancos.
Las historias de Chequia, de Moravia
y Serbia con primaveral deleite,
libres del velo que las sojuzgaba,
surgirán como flores de la nieve.
Todo lo cubrirá un vapor fantástico,
crespo, como volutas en el friso
del dorado aposento de un boyardo,
o de la Catedral de San Basilio.
Para el noctámbulo, el que ama soñar,
Moscú se erigirá en lo más querido:
está en su casa, junto al manantial
de lo que hará florecer este siglo.
Abril 1944
Boris Pasternak (Moscú, 1890-Peredelkino, 1960)
Ed. Visor Poesía. Trad.José Mateo y Xenia Dyakonova
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