Reflexión guilleniana sobre la Historia




Gatos de Roma

Los gatos,
no vagabundos pero sin dueño
al sol adormecidos
en calles sin aceras,
o esperando una mano dadivosa
tal vez por entre ruinas.
Los gatos,
inmortales de modo tan humilde
retan al tiempo, duran
atravesando las vicisitudes
sin saber de la Historia
que levanta edificios,
o los deja abismarse entre pedazos
bellos aún, ahora apoyos nobles
de esas figuras: libres.
Mirada fija de unos ojos verdes
en soledad, en ocio y luz remota.
Entrecerrados los ojos,
rubia la pelambre y calma iluminada.
Erguido junto a un mármol
superviviente resto de columna,
alguien feliz y pulcro
se atusa con la pata relamida.
Gatos. Frente a la Historia
sensibles, serios, solos, inocentes.

Jorge Guillen (1893-1984)

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