Hart Crane, American Poet
Al puente de Brooklyn Cuántos amaneceres el agitado río que en ondas descansa, las alas de las gaviotas se hundirán atravesándolo, esparciendo blancos círculos de rumor, erigiendo sobre la encadenada bahía las aguas de la libertad. Después su inclinación invisible olvida nuestros ojos, como una visión de veleros que caminan sobre alguna página del cuaderno de bitácora, hasta que los ascensores nos depositen en nuestro día... Pienso en las salas de cine, artificios panorámicos, gente embelesada ante una escena que seduce ocultando el sentido, a la que regresas siempre intuida por otros ojos en la misma pantalla. Y atraviesas el puerto a paso de plata, como si el sol caminara sobre ti, y aún así dejara algo de movimiento sin prodigarse en el tránsito: implícita vive en ti tu libertad. Desde alguna escotilla subterránea, buhardilla o celda, un demente se apresura hacia tus parapetos aturdido por momentos, el aire infla su camisa, la burla se percibe en la enmud