El poeta desdeñado por su tiempo, que la eternidad adoró.
A las Parcas Un verano y un otoño más os pido, oh poderosas, para que pueda madurar mi canto, y así saciado en tan dulce juego, mi corazón se acerque al final. El alma aquí tan frustrada, no hallará reposo ni en el Orco, pero si logro plasmar lo más amado y sacrosanto para mi por encima de todo: la Poesía... Bienvenido seré entonces al silencio del mundo de las sombras. Estaré colmado, aunque mi voz quede en el umbral. Al menos un día habré vivido como los dioses. Y eso es bastante. Friedrich Hölderlin (1770-1843)