Adiós a tres ideas de W.Stevens sobre su infancia
Adiós a una idea...
Adiós a una idea... Las cancelaciones, las negaciones
nunca son definitivas. El padre está sentado en el espacio,
dondequiera que sea, con aspecto no amable,
Como alguien que es fuerte en los arbustos de sus ojos.
Dice no al no, y sí al sí. Dice sí
al no; y al decir sí dice adiós.
Mide las velocidades del cambio.
Salta de cielo en cielo más rápidamente
que los ángeles malos del cielo al infierno en llamas.
Pero ahora está sentado en un tranquilo y verde día.
Asume las grandes velocidades del espacio, y las agita
de nube a cielo despejado, de cielo sin nubes a claro glacial
En vuelos de oído a ojo, el ojo más alto
y el más bajo oído, el profundo oído que discierne
al atardecer cosas que lo asisten, hasta que oye
Sus propios preludios sobrenaturales,
en el momento en que el ojo angélico define
a sus actores, acercándose unidos, con sus máscaras.
Maestro, Oh Maestro sentado junto al fuego
y aún así en el espacio, inmóvil y aún así
origen siempre resplandeciente del movimiento,
Profundo, y aún así el rey y la corona
mira al trono presente. ¿Qué compañía enmascarada
puede corearlo con el viento desnudo?
Wallace Stevens (Reading, Penn. 1879- Hatford, Co., 1955)
Las Auroras de Otoño. Ed. Visor de Poesía. Trad. Jenaro Talens
Hacer click aquí: Breve biografía de W. Stevens
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