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Mostrando las entradas etiquetadas como poesía rusa

Pasternak y la patria eslava

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Primavera Todo esta primavera es especial, más vivo el alboroto de los gorriones... ¿Cómo puedo expresar la claridad, la quietud que en mi espíritu se impone? Hoy se escribe y se piensa de otra forma, y la voz vigorosa de los campos vibra en el coral de una octava armónica desde los territorios liberados. El hálito fragante de la patria barre del aire la huella invernal, y los surcos oscuros de las lágrimas bajo los ojos de la eslavidad. La yerba quiere germinar por todo; los callejones de la vieja Praga están callados, a cual más tortuoso; pero rebrotarán como barrancos. Las historias de Chequia, de Moravia y Serbia con primaveral deleite, libres del velo que las sojuzgaba, surgirán como flores de la nieve. Todo lo cubrirá un vapor fantástico, crespo, como volutas en el friso del dorado aposento de un boyardo, o de la Catedral de San Basilio. Para el noctámbulo, el que ama soñar, Moscú se erigirá en lo más querido: está en su casa, junto al manantia

¿La suma de las voluntades humanas acabará con el capitalismo corrupto?...

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Extraído de la novela  La guerra y la paz  al finalizar los capítulos que dedica a la batalla de Borodino. ...Durante los quince primeros años del siglo XIX hubo un movimiento inusitado de millones de hombres por toda Europa. Abandonaron sus ocupaciones, fueron de un lado para otro a lo largo del continente; saquearon, mataron, triunfaron, y también fueron derrotados; en el tiempo que duró ese periodo, la vida habitual cambió su curso. De pronto toda esa efervescencia que daba la impresión de ir en aumento, se debilitó hasta concluir. ¿Cuál fue la causa de ese fenómeno? ¿Y cuáles sus leyes? Los historiadores contestan a esas preguntas refiriéndonos los hechos, y repitiendo los discursos pronunciados por unas decenas de hombres en cualquiera de los edificios elegantes de París, y a esas acciones y a esos discursos llaman Revolución; después nos hacen una biografía detallada de Napoleón y algún otro personaje, que le es adicto u hostil; nos hablan de su influenc

Maiakovski o la pasión rusa

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Todos los soviets Todos los soviets no serán capaces de hacer andar al ejército, si músicos y poetas no comienzan antes a entonar una marcha. Nosotros ansiamos vivir aquí en la Tierra. Ni más arriba ni más abajo. No tenemos necesidad de vuestras pasiones librescas. Queremos vivir con verdadera pasión. Vladimir Maiakovski (1894 - 1930)

La prosa poética de Turgueniev

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Puerto de Hamburgo En la mar Iba desde Hamburgo a Londres en un pequeño vapor. Éramos dos pasajeros: yo y una hembra de mono, como esas que un comerciante de Hamburgo suele regalar a su pareja inglesa. Ella estaba atada con una cadena a uno de los asientos en la cubierta, se movía con inquietud, y gemía quejumbrosa como un pájaro. Cada vez que pasaba a su lado alargaba su pequeña, fría mano negra, mirando hacia mí con sus tristes, casi humanos ojos. Tomé su mano, ella dejó de gimotear, y siguió moviéndose nerviosamente alrededor de mi. Había una calma chicha. La mar se extendía por todas partes como una inmóvil hoja de color plomizo. Una niebla radial se apoderó de la cubierta, parecía ligera y frágil, aunque ocultaba la misma punta del mástil; aturdía y cansaba los ojos con su oscuridad suave. El sol colgaba de un rojo opaco falto de definición en esta oscuridad; pero en el preludio de la noche brillaba con extraña, espeluznante luz misteriosa. De manera intermitente

Pasternak: Difíciles tiempos sin libertad de expresión

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"Yo gané un Premio Nobel de Literatura. ¿Cuál fue tu crimen?" . Caricatura de Bill Mauldin en el New York Times referente al   confinamiento en un campo de trabajo de Pasternak, tras publicar la novela " El Doctor Zhivago" y posterior concesión del Nobel al autor . Fue durante ese periodo cuando escribió la colección de poemas "Mi hermana la vida" en 1917, que luego publicaría en 1923. SOBRE ESTOS POEMAS Voy a aplastarlos contra el suelo, Los voy a moler en el vidrio y el sol. Voy a berrearlos desde el techo A las frías, cochinas esquinas. Hasta que la proa del invierno Asome por los cristales de la ventana, Y el ventisquero y los días harapientos Hagan saltar la nieve de las cornisas como un presagio. En un mes largo la tormenta Barrerá todo de principio a fin. De repente me acordaré del sol. Y atención: todo cambiará. Entonces el esplendor de Navidad Que mitificamos mi chica y yo, Será como una apertura del blackjack En un día impr

Turgueniev, novelista y poeta

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Turgueniev leyendo su relato corto "Torrentes de Primavera" EN LO ALTO Un pájaro en lo alto,                 en lo más fino Del alto árbol.                 Un tomeguín Nervioso, breve, tan liviano como un soplo de luz                 Está cantando. Su propia levedad,                 La maravilla. Su increible ser,                 Su pura vida Minúscula, perfecta, iluminada. ARQUEOLOGÍA Dirán entonces: aquí estuvo La sala, más allá encontramos Los fragmentos de levísimo barro, El sitio del calor y de la dicha. Luego vendrá una pausa, Mientras un fuerte viento alisa los hierbajos. Sin embargo ni un soplo habrá Que les evoque la risa, el buenas tardes,                                                             El adiós.                IVAN TURGUENIEV (1818-1883) Trad. del inglés Juan Pueyo

La Rusia eterna

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"Tblisi", cuadro pintado por el propio Lermontov . EL ANGEL Un ángel volaba en el cielo de medianoche Cantando en voz baja una canción; Y la luna y las estrellas y las nubes Oían aquella canción sagrada. Cantaba la felicidad de los espíritus sin pecado En las sombras del jardín del Paraíso; Cantaba la grandeza de Dios, Y su voz era sincera. En sus brazos llevaba un alma joven Destinada al mundo de la pena y de las lágrimas; Y el sonido de su canción permaneció En aquella alma joven, sin palabras pero vivo. Durante mucho tiempo ella se consumió en el mundo Colmada de un maravilloso deseo; Y las canciones aburridas de la tierra No pudieron reemplazar los sonidos del Cielo. (Este poema Lermontov lo escribió a los diecisiete años, y está dedicado a su madre, que murió cuando él tenía tres años) LA PATRIA Amo a mi patria con un amor extraño Que no vencerá ningún razonamiento. Ni la gloria con sangre conseguida Ni la paz de arrogante confianza Ni las viejas leyendas Ren