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La edad de las eras y los nidos para otros *

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Aquellos tiempos Yo nací -perdonadme- en la edad de la pérgola y el tenis                                                      Jaime Gil de Biedma Como todos los días, antes de que amanezca, cojo el coche y me voy a nadar. Está lloviendo y hace frío, avanzo rodeado por la danza de otros faros tras el velo de lluvia de las calles. Llego al aparcamiento entre las pistas y las piscinas, cuando ya amanece. Bajo del coche, y veo en el suelo la pelota de tenis recubierta de suave lana y empapada de agua. Una amarilla, enorme perla sobre los adoquines que relucen, duros y barnizados por la lluvia. Me sorprende un recuerdo. Viene de los azules cielos de una miseria grisácea y afectuosa, sin pérgolas ni tenis. Qué alegría si yo hubiese encontrado esa pelota, tan suntuosa entonces para mi, tan humillada ahora por la lluvia. Mi soledad, lo mismo que la suya ha perdido hace tiempo su prestigio. Veo sobre el suelo del aparcamiento todo lo que he amado, y no podré sa