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Nuevos guerrilleros ciegos, jacobinos viejos: la revolución necesaria

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Exilio representativo (fragmento) Aprendes a rogar, a ofrecer tercamente la cruda contrición de tu pueblo a los insaciables burócratas, a los Funcionarios de la Conciencia del Mundo: miras el espejo por los huecos de sus corazones con la luz del día, si todavía estás despierto y tu boca gris de tanto murmurar. Las palabras se arremolinan como parásitos en torno a tu lengua, y hacen nidos en tu garganta. Entre la multitud siempre eres un fugitivo; no fumes, no bebas. ¿No es tu vida un arma?. Decaes envenenado por la desesperación, alanceado como un perro en una calle sin salida, y en el momento que desees romper el cráneo del día, y gritar: "Miren, mi pueblo está de pie. ¡Aquí viene la explosión madre!. ¡El poder!",... entonces habrás olvidado los silencios del lenguaje, de modo que las hormigas saldrán lentas del grito eructado por tus entrañas: guerrilleros ciegos. Breyten Breytenbach (Bonnievale, Sudáfrica, 1939) Extraído de la revista del Fest