Entradas

Isabel Campo, la fuerza del color

Imagen
            Textura Textura suave de cálido pecho, selva impenetrable del cerebro, recoveco íntimo                         aletargante. El sol ardiendo idea con idea tejiendo, un cuerpo único blandiendo la suave música de un sí eterno; tejiendo un sutil contacto preconizado al brusco encuentro del nacimiento, hallando textura suave en el movimiento de la energía del pensamiento.                                Isabel Campo Palacio (Barbastro)

Miguel Hernandez, el poeta de la República

Imagen
Miguel Hernandez en el frente Nanas de la cebolla (fragmento)  Desperté de ser niño:                                    nunca despiertes.                                    Triste llevo la boca:                                    ríete siempre.                                    Siempre en la cuna                                    defendiendo la risa                                    pluma por pluma.                                    Al octavo mes ríes                                    con cinco azahares.                                    Con cinco diminutas                                    ferocidades.                                    Con cinco dientes                                    como cinco jazmines                                    adolescentes.                                    Frontera de los besos                                    serán mañana,                                    cuando en la dentadura                                    sientas u

La amistad de Góngora y Juan de Tassis, Conde de Villamediana

Imagen
La muerte del Conde de Villamediana, de Manuel Castellano - Mentidero de Madrid, decidnos: Quién mató al Conde, no se sabe ni donde se esconde, sin discurso discurrid. -Dicen que le mató el Cid por ser el Conde lozano. ¡Disparate chabacano!. La verdad del caso ha sido que el matador fue Bellido y el impulsor soberano.                              Luís de Góngora El Conde de Villamediana fue asesinado a causa de un virote lanzado a su corazón por un ballestero real, sicario enviado por Felipe IV. Los celos consumían al putanero más grande que ciñó jamás un trono en la testa. Por los mentideros de Madrid (nótese la similitud con la telebasura rosa de hoy día) se rumoreaba insistentemente, con que tenía relaciones con la Reina Isabel de Borbón; y la evidencia para el celoso y ofendido de la supuesta traición la refleja muy bien una jugosa anécdota sobre la escena, y fue además, lo que colmó de manera definitiva la paciencia del Real ánimo. Estaba un día la Reina asomada en

Gamoneda, merecido Premio Cervantes

Imagen
Estar en ti Yo no entro en tí, para que te pierdas bajo la fuerza de mi amor. Yo no entro en tí, para perderme en tu existencia ni en la mía. Yo te amo, y actúo en tu corazón, para vivir con tu naturaleza, para lograr que te extiendas en mi vida. Ni tu ni yo. Ni tu ni yo. Ni tus cabellos esparcidos, aunque los ame tanto. Sólo esta oscura compañía. Ahora siento la libertad. Esparce tus cabellos. Esparce tus cabellos.                        Antonio Gamoneda (Oviedo 1931)

¿Por qué debió titular Espriu este poema en inglés?

Imagen
Busto de Espriu, de Manuel Cusachs I beg your pardon Cuando el centro del mundo no eres exactamente tú (por más ilusiones que te hagas), si te despertasen en mitad de la noche, no quieras preguntarte por qué vives: distráete, mordiendo la uña de un dedo. Cuando el centro del mundo queda tan lejos de ti, honestamente empiezas a comprender que no eres nadie. Detente un momento, y arréales a las primeras narices un puñetazo. Problemas cada vez más esquivos vienen a turbar tu dulce sueño. Ya sólo te faltaba según qué días descubrir que no eres el centro del mundo. Vecino de Badalona o de Istambul, tanto si eres activo, como si eres un gandul, en este nuestro mundo sin mañana es más difícil que ganes tu pan. No te daré el más mínimo consuelo: un día cualquiera te volaran. Mientras tanto evita algunos trastornos abrochándote bien los pantalones.                                Salvador Espriu (1913-1985) Trad. José Batlló

Jorge Guillen, la más fiel tradición góngorina

Imagen
            Vuelta a empezar Está lloviendo aún de los llovidos Castaños, y la gota de la hierba Compone un globo terso, que conserva La oculta libertad de los olvidos. Pájaros impacientes en los nidos Se aventuran por esa fronda aún sierva Del agua celestial. Ay...sigue acerba La tarde en los balcones prometidos. Tanto gris se demora en una pausa, Donde el mundo coincide con el tedio, Resignado a esperar que todo pase. ¡No! Del propio vacío mientras causa Mi desazón, resurge el fiel asedio: Al encanto inmortal la nueva frase.                              Jorge Guillen (1893-1984) Para mi gusto el mejor soneto escrito en el idioma español, de todos que he alcanzado a leer hasta ahora.

Cementerio marino I

Imagen
             Cementerio marino                                                          I Este tejado tranquilo adonde van las palomas; entre los pinos palpita el Mediodía, entre las tumbas, justo allí vestido de fuego. El mar, el mar, siempre volviendo a empezar... o la recompensa después de un pensamiento: una larga mirada sobre la calma de los dioses.                               II Qué puro trabajo de fino resplandor consume tantos diamantes en la imperceptible espuma, y qué paz parece concebirse, cuando sobre el abismo el sol reposa. Obras puras de una causa eterna: el Tiempo centellea, y el Sueño es saber.                              III Estable tesoro, simple templo a Minerva. Masa de calma y visible reserva, agua parpadeante, ojo que guardas en ti tanto sueño bajo un velo de llamas. Oh mi silencio...edificio en el alma, pero coronado de oro las mil tejas, Tejado.                             IV Templo del Tiempo que un suspiro cifra; a ese pun