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Exhuberante Soraya

Soraya, precioso nombre musulman, que así a bote pronto junto al cristianísimo apellido Saenz de Santamaría, parece que no casan de ninguna manera, aunque en cierto modo, casi con toda seguridad, podría decirse que simboliza a la perfección la simbiosis que se produjo durante siete siglos de convivencia entre esas dos grandes culturas de la civilización actual en esta península Ibérica nuestra.  Muy sugestivo y acertado nombre de pila para el apellido de la vivaracha y estupenda portavoz parlamentaria del Partido Popular, que ha tenido la gallardía y el sabio descaro de posar para el suplemento semanal de el periódico El Mundo, mostrando todo su esplendoroso encanto treintañero con sensual y sensata naturalidad, de otra parte impensable en ciertas políticas de la derecha actuales, y no tan lejanas en el tiempo. Con este golpe de efecto, Soraya, puede hacer infinitamente más por liberar a la cavernícola derecha española de sus enlodadas catacumbas, que por supuesto, muchos de sus despis

La lectura de libros

"Borges solía decir que había que leer lo que uno tiene ganas, y que si un libro no es de nuestro agrado lo mejor es dejarlo a mitad, porque hay miles esperando y en todos los géneros literarios... Lo interesante de cada lectura es que uno construye sus propias reglas". Adriana Scaglione, gestora cultural "Cuando uno escribe, el lector primero es uno mismo". Jorge Luis Borges "Prefiero al lector bienintencionado, aunque con las ideas poco claras, al que se cree que lo ha visto todo. Así, mientras leía este libro (La cartuja de Parma), mi propio yo a los dieciocho años, el autor al que había hecho mi confidente (Stendhal), los personajes y yo, formábamos una multitud. Me agradaba esa multitud".

Persiguiendo ilusiones

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REFLEXION PRESCINDIENDO DEL GITA Duras palabras que obstruyeron el entendimiento… Desnudos hechos que frustraron el amor… Devastadoras vacilaciones que incendiaron el encuentro… Punzantes silencios que rasgaron el compromiso... En tanto, el Tiempo se filtra En la falaz vorágine de los días, Y tú te lanzas, con tenaz insistencia, En pos de la definitiva ilusión, triste Maya inveterada... Extraido de LA DESNUDEZ DE LOS ÁRBOLES. Colección de poemas RPI.- Hu-32-07

El retiro del Rey Ramiro

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Sepulcro de Ramiro II el Monje. Aragonium Rex Patio del claustro de San Pedro el Viejo, pequeña joya del románico ubicada en pleno corazón de la ciudad de Huesca. Entrada al claustro. Al fondo el Panteón Real donde se hallan los sepulcros de Alfonso I el Batallador y su hermano pequeño, Ramiro II el Monje. Este Rey fue destinado por su padre, Sancho Ramirez, al estudio y la meditación de la vida monástica, y que en verdad era su auténtica vocación. Tras la muerte de sus dos hermanos, Pedro I y Alfonso I sin descendencia, los apurados y muy preocupados nobles del Reino le reclamaron al monasterio de Saint Ponç de Thomierés en Francia donde Ramiro vivía feliz su vida monástica vocacional, ante la que se avecinaba a causa de la donación del Reino en el testamento visceral y disparatado del Batallador, quien en un rapto de ardor cruzado y religioso, cedió su histórica herencia a las Ordenes Militares. Regresó Ramiro, alentado por su sentido de la responsabilidad hacia la dinastía y el peli

Ascetismo y misticismo

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Desde hace muchos me ha intrigado cúal es la razón por la que todas las religiones, desde tiempos inmemoriales, acostumbran a construir sus centros de veneración en sitios de altura, promontorios desde los que se abarca amplias vistas. Debe haber algún motivo superior, elevado, místico..., no se, tal vez facilitar la proximidad con el Ser Superior. Porque levantar edificios como el de la foto, del siglo XII o XIII, constituía poco menos que los trabajos de Hércules, ciclópeos, además de un esfuerzo y sacrificio casi inhumano. ¿ Puede pensarse acaso que aquellos crédulos cristianos medievales no expiaban pecados y desmanes mediante tan fenomenal y catártica tarea, tal cual era levantar esos edificios piedra a piedra en promontorios? Y seguramente, con una dieta muy ascética.

Muerte prematura

Siempre pensé que la vida de una persona que se trunca en la alborada de la madurez es lo más cruel que puede ocurrirle a alguien, es la tragedia más dolorosa, y la frustración más profunda acomete sin compasión a los seres queridos que rodean a esa persona; conmocionados por una sensación de desamparo, de rabia y desvalimiento: es como una rosa que comienza abrir todo su esplendor que esperas verla en su cenit, y entonces alguien la corta, o es pisoteada y destrozada, se hace un nudo en tu garganta y con impotencia concluyes que te ha sido hurtado el incipiente deleite de la visión de una belleza segura. Con furia maldices a la Muerte que se ha llevado de manera tan injusta a esa vida joven y prometedora, con desesperación y desolado, olvidando que tanto Élla como el nacimiento forman parte de la Vida. Como acertaba de pleno y con gran lirismo, la voz de aquel profundo y eterno verso de Jaime Gil:  "...e n vejecer, morir es el único argumento de la obra".  Desdichadamente, t

Se necesita toda una vida, para aprender a pintar

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SU PINTURA Fue la memoria sostenida por los años Lo que rasgó el velo de mi ignorancia. Impúdica y tenaz causa de persistentes daños Que golpean mi existir con singular virulencia. Preservaste tu belleza sin engaños Y volverte a amar fue singular experiencia; Nuestros corazones, libres ya de apaños, Fueron nutridos de pujante y renovada pasión. Me mostraste por tu natural, diáfano talento El sórdido terror a la indigencia espiritual: Tu inteligencia desplegó ante mí la verdad del Color. Mi vida huyó, arrancada al esperpento, De un fatuo vivir vacuo e insustancial.                   Qué sería de mi sueño sin el abrigo de tu calor. Extraído de la colección LA DESNUDEZ DE LOS ÁRBOLES RPI.- HU-32-07