Entradas

Muerte prematura

Siempre pensé que la vida de una persona que se trunca en la alborada de la madurez es lo más cruel que puede ocurrirle a alguien, es la tragedia más dolorosa, y la frustración más profunda acomete sin compasión a los seres queridos que rodean a esa persona; conmocionados por una sensación de desamparo, de rabia y desvalimiento: es como una rosa que comienza abrir todo su esplendor que esperas verla en su cenit, y entonces alguien la corta, o es pisoteada y destrozada, se hace un nudo en tu garganta y con impotencia concluyes que te ha sido hurtado el incipiente deleite de la visión de una belleza segura. Con furia maldices a la Muerte que se ha llevado de manera tan injusta a esa vida joven y prometedora, con desesperación y desolado, olvidando que tanto Élla como el nacimiento forman parte de la Vida. Como acertaba de pleno y con gran lirismo, la voz de aquel profundo y eterno verso de Jaime Gil:  "...e n vejecer, morir es el único argumento de la obra".  Desdichadamente, t