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Jaime Gil y Barcelona

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Plaza Real Barcelona ja no és bona, o mi paseo solitario en primavera (fragmento) Todo fue una ilusión, envejecida como la maquinaria de sus fábricas, o como la casa en Sitges o Caldetas heredada también por el hijo mayor. Sólo montaña arriba cerca ya del castillo, de sus fosos quemados por los fusilamientos dan señales de vida los murcianos. Y yo subo despacio por las escalinatas sintiéndome observado, tropezando en las piedras donde agarran las raíces de las higueras, mientras oigo a estos chavas nacidos en el Sur hablarse en catalán, y pienso a un mismo tiempo en mi pasado y en su porvenir. Sean ellos sin más preparación que su instinto de vida, más fuertes al fin que el patrón que les paga, y que el salta-taullels que les desprecia: que la ciudad les pertenezca un día. Como les pertenece esta montaña, este despedazado anfiteatro de las nostalgias de una burguesía. Jaime Gil de Biedma (1929-1990)