Lo que importa


Tu presencia, tu energía

Un atardecer de plata y versos nerudianos
lejos de cualquier mar soñé ayer:
vértigo de palabras, color, metáforas, visiones
y mucha, profunda emoción…
Ah! Pablo y el verbo torrencial y terrenal.

Sobre un río de calma se deslizaba mi vida,
y como el agua buscaba su sencillo acomodo.
También en mi sueño el trigo verdeaba infinito:
esa magistral pintura efímera de la Naturaleza.
Primaveras, sueños, esperanzas, amaneceres. Todo para morir.

Las calles desiertas del pueblo
se llenaban con el alboroto de nuestra alegría
mientras paseábamos. Y fue entonces,
cuando de tu risa franca sentí que nacía todo para mi.
Aunque si yo andara solo por esas calles,
todo se reduciría a nada.

Juan M. Pueyo (Esplús, 1953)

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