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Mostrando las entradas etiquetadas como poesía catalana

La edad de las eras y los nidos para otros *

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Aquellos tiempos Yo nací -perdonadme- en la edad de la pérgola y el tenis                                                      Jaime Gil de Biedma Como todos los días, antes de que amanezca, cojo el coche y me voy a nadar. Está lloviendo y hace frío, avanzo rodeado por la danza de otros faros tras el velo de lluvia de las calles. Llego al aparcamiento entre las pistas y las piscinas, cuando ya amanece. Bajo del coche, y veo en el suelo la pelota de tenis recubierta de suave lana y empapada de agua. Una amarilla, enorme perla sobre los adoquines que relucen, duros y barnizados por la lluvia. Me sorprende un recuerdo. Viene de los azules cielos de una miseria grisácea y afectuosa, sin pérgolas ni tenis. Qué alegría si yo hubiese encontrado esa pelota, tan suntuosa entonces para mi, tan humillada ahora por la lluvia. Mi soledad, lo mismo que la suya ha perdido hace tiempo su prestigio. Veo sobre el suelo del aparcamiento todo lo que he amado, y no podré sa

Un pensamiento fugaz

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Cerrando el apartamento de la playa Ya está limpio y en orden. Los armarios cerrados, igual que las ventanas. Nada al descuido encima de los muebles. El dormitorio con la cama a punto, la mesita de noche y el retrato de la muchacha con los ojos iluminados por una sonrisa. Todo el invierno sola y escuchando al mar. Joan Margarit (Sanaüja, Lleida, 1938)

Realmente Ginsberg tenía razón: el peso del mundo es amor.

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Lectura Me hace penetrar en otras vidas. Llevo días leyendo, pero ahora alzo los ojos, porque me doy cuenta que apenas sé nada de quien escribió el libro. Me avergüenza tan sólo conocer su lucidez. Toda supervivencia es esta especie de conversación silenciosa y sin tiempo. Esto es aterrador, y ocurre en el abismo de la mente: un cielo azul y frío en el que el amor es la única forma de posteridad. Joan Margarit (Sanaüja, Lleida 1938) Del libro  No estaba lejos, no era dificil .  Ed. Visor Poesía

La poesía y la vida

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Balada de la poesía He construido estructuras de edificios. Estructuras de hierro que la helada volvía peligrosas. La vida ha ido quedándose debajo de este frío de los inviernos en las obras, y yo me he hecho viejo viendo salir el sol a golpes de martillo por detrás de las vigas. Hoy lo veo salir detrás de otra estructura que levanta su esbelta desnudez, como una mujer a la que he amado siempre. Cada vez que la toco, me quema, helada, mientras continuo lo que jamás termina: construir. Joan Margarit (Sanaüja, Lleida 1938)

¿Por qué debió titular Espriu este poema en inglés?

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Busto de Espriu, de Manuel Cusachs I beg your pardon Cuando el centro del mundo no eres exactamente tú (por más ilusiones que te hagas), si te despertasen en mitad de la noche, no quieras preguntarte por qué vives: distráete, mordiendo la uña de un dedo. Cuando el centro del mundo queda tan lejos de ti, honestamente empiezas a comprender que no eres nadie. Detente un momento, y arréales a las primeras narices un puñetazo. Problemas cada vez más esquivos vienen a turbar tu dulce sueño. Ya sólo te faltaba según qué días descubrir que no eres el centro del mundo. Vecino de Badalona o de Istambul, tanto si eres activo, como si eres un gandul, en este nuestro mundo sin mañana es más difícil que ganes tu pan. No te daré el más mínimo consuelo: un día cualquiera te volaran. Mientras tanto evita algunos trastornos abrochándote bien los pantalones.                                Salvador Espriu (1913-1985) Trad. José Batlló

Miquel Martí i Pol: un intenso aroma mediterráneo

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El poeta Martí i Pol Descubristeis que en un sólo instante Descubristeis que en un sólo instante, puede amarse como en toda una vida. Descubristeis el gozo como una isla desconocida, que puede aparecer ante la proa de la nave, que os lleva una mañana ignorada por una ruta antiquísima. Lanzaos ardientemente entonces a la locura de amaros, ahora que vuestro cuerpo es ágil, y haced trizas el ánfora, que conservaba el viejo perfume, para aspirar de un único golpe toda su intensidad dominadora, y quién sabe, si morir después de la prueba.                 Miquel Martí i Pol (1929-2003) Del libro "Palabras al viento" Trad. Adolfo García Ortega