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Mostrando las entradas etiquetadas como juan m pueyo

Acerca de esto me habló un amigo

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Las palabras Di y recibí amor. Esparcí el odio, y nació en mi un fuerte deseo de venganza. Abandoné la esperanza, y me estrellé ante lo detestable. Desmonté toda emoción sana, y se diluyó en mi toda pulsión sensata. Pero en medio de mis miserias forje un sueño, y fui hacia él con toda mi ignorancia a cuestas, bogando como un pez tuerto. Y siempre encontraba lo mismo: mi duda lacerante, mi mente en nebulosa, como absorta en una visión zen inconclusa. Continué vagabundeando por caminos sinuosos y canallas, erróneos casi siempre. En la torpe deriva vi la insana vanidad  de antiguos ídolos de barro ,  su ridícula pose de papel y vinilo; pude  mandarlos a todos a la puta mierda. Aunque todo eso ahora ya no importa nada. Mientras el drama inminente llamaba en mi puerta, alguien esencialmente bueno vino al rescate   de la caída libre y abismal en un a Nada  desesperante. Y fue la luz pura de las palabras, quien junto a mi voluntad, hizo el resto.

Lo que importa

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Tu presencia, tu energía Un atardecer de plata y versos nerudianos lejos de cualquier mar soñé ayer: vértigo de palabras, color, metáforas, visiones y mucha, profunda emoción… Ah! Pablo y el verbo torrencial y terrenal. Sobre un río de calma se deslizaba mi vida, y como el agua buscaba su sencillo acomodo. También en mi sueño el trigo verdeaba infinito: esa magistral pintura efímera de la Naturaleza. Primaveras, sueños, esperanzas, amaneceres. Todo para morir. Las calles desiertas del pueblo se llenaban con el alboroto de nuestra alegría mientras paseábamos. Y fue entonces, cuando de tu risa franca sentí que nacía todo para mi. Aunque si yo andara solo por esas calles, todo se reduciría a nada. Juan M. Pueyo (Esplús, 1953)

Como G. Grass hay que pelar la cebolla

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Necesitar Quiero librarme de una vez por todas de este ego vanidoso y absurdo hostigado por deseos obstinados. Me aburre ya ese tipo insulso, y toda su parafernalia cargante. Voy a colocar al engreído fantasma en el borde de un terco abismo: un empujón y adios. Aunque después espero que el Otro, aprenda a necesitar lo justo. Juan M. Pueyo (Esplús, 1953)

El gran Taj Mahal y el pequeño Taj

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La tumba de Itmad-ud-Daulad, el pequeño Taj Mientras un elocuente silencio blanco adormece el imponente Taj Mahal de Shah Jahan, irradiando con su paz de siglos aquel sueño que un día abrazó la ciudad de Agra, este otro pequeño mausoleo recoge mi exhausto corazón entre los ruidos malolientes del albañal y el bullicio urbano de este siglo de gasolina, al otro lado del río Yamuna. Agra, noviembre 1980   Juan M. Pueyo (Esplús, 1953)

El ser humano y la Naturaleza

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Muerte Cientos de cuchillos parecen silbar en el aire de la noche. Una luna brillante ilumina la mar en calma. Hay un gato avezado, que muy cerca afila su mirada acerada. En la entrada de una madriguera asoman un hocico y unos ojos ratoniles. Hojas secas crujen y rasgan la suave brisa, es el ruido brusco y rápido que anuncia la Muerte. En el sigilo un cuchillo de la noche hizo su trabajo implacable y perfecto. Luego el gato vanidoso se relame, y ronronea satisfecho sobre la tapia; mira, pero no ve justo enfrente el azul del mar, que parece infinito. San Sebastian, verano de 2006 Juan M. Pueyo (Esplús, 1953)

Una vida corta y un gran legado

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La muerte de Lérmontov A los veintisiete años Un orgulloso húsar de la Guardia de Su Majestad Imperial Puede cometer la estupidez más solemne Por un quítame allá esas pajas, y morir por ello. También puede proclamar su lealtad a Pushkin, Ante el conflicto que padece la gloria nacional. Puede aceptar por ello el destierro con gallardía,              Entrar en el paisaje y el alma rusa a su antojo,                            Y templarlos hasta el infinito con su bellísima escritura, Para ser un héroe de nuestro tiempo  Ahora, En este siglo veintiuno, Como lo fue en el anterior y el de más allá.                                                                           Como lo será en el venidero. Y así el húsar venció a la Muerte. Juan M. Pueyo (Esplús, 1953)

Benevolencia bajo un cielo protector

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LARGA NOCHE EN EL PASEO MIRAMAR DE DONOSTI Larga noche etílica y obscena que ciertos pájaros somnolientos despiden y me acompañan displicentes. Alrededor de la mente aúlica del poeta emerge suave una desgarrada aurora de plomo, vestida de compasión y desespero. Un fantasmal delirio le persigue, amarrado como está a la melancolía de la derrota, mientras languidece sin fin junto a un océano de miedo y asco. Del atávico bramido llegan siniestras voces de reclamo, vanos pensamientos de huida, todo el apremio del fracaso. Hirientes como espinas; de espantable, temible certidumbre. Un efluvio de nausea y mierda agita viscosas visiones ciertas del frágil futuro. Hay también merodeando chillones pájaros del amanecer que anuncian el día, y  desdeñan el olvido. En tanto el poeta desmontado y roto, desnudo en su corazón, como el desarrapado árbol sucio bajo la húmeda niebla, clava la mirada aterrada sobre el límpio Azul marino: ese inhóspito Azul del abandono. Juan

Emoción resucitada, viva

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MUSA Son árboles desnudos de invierno Que alzan su aletargada elegancia sin freno Hacia el limpio azul del cielo, Mientras suaves montes ondulantes Trazan en la lejanía la linea silenciosa del fin. Y tu recuerdo mece mi soledad. Definitiva, sublime pintura, Ya gélida en la memoria, Que tu eterna presencia impregnará de sentido. Extraido de LA DESNUDEZ DE LOS ARBOLES (Por este poema puse ese título a la colección) RPI.- HU-32-07 Escribí este poemilla hace muchos años. A lo largo del tiempo he retocado algunas cosas formales, pero su esencia permanece intacta, como el benévolo y amable recuerdo hacia la MUSA que lo inspiró, y que un día desapareció de mi vida para siempre. De ella, quedan ahora unas pocas imágenes, ya muy distantes..., y estas lineas. La foto es reciente, cuando la vi el otro día en el album de Picasa, pensé que expresaba muy gráficamente la emoción que suscitó el poema.

Una cumbre que merece la pena

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SOMBRAS Y LIBERTAD DE MI AMIGA MARTA ¿Habrá desgarrones con golpes de ala ebrios? S. Mallàrmé Un sibilino y perverso, ingrato abandono Pudo quebrar el laborioso cambio permanente Que ansiamos lejos del pútrido hábito doliente. Ni ausencias, ni duelos, ni nada: no perdono. Aquel cisne del pasado aún aletea con encono En el sórdido bulevard de la vida demente, Navegando como un siniestro, fantasmal icono Que podrá reducir la fuerza de tu mente. Adicciones a la autodestrucción, a vínculos insanos, Que regresan con presto júbilo del viejo rumbo errado, Mientras vagamos, desgarrados, entre nieblas. AMOR y VERDAD, herrajes ciertos y paganos. Sombras y libertad, que el viento mece ensimismado: Herramientas del futuro, despojado ya, de torvas tinieblas. De la colección LA DESNUDEZ DE LOS ÁRBLES RPI.- HU-32-07 Conocí a mi amiga Marta durante un periodo existencial importante para ambos, durante un tiempo que vivíamos en medio de esas benditas montañas, un tiempo en el que ambos luchá

Amor imbatible

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PARA MARISA El poderoso rayo que tras la cruel luz emerge, Como lanza infausta tras el combate primigenio, Un fulgor veloz expande; y otro, lucidísimo, surge De la experiencia: ya no hay contubernio. Escucha esa voz bañada con el ingenio Pasmoso, que tu limpio corazón protege. Acaricia el bello hilo que entreteje Amor, allí donde acaeció el incendio. Resiste el vivir duro, como la roca el oleaje, Siempre fuerte, y desprecia su salvaje furia. Así obtendrás el reposo que tu razón invoca. Allí existe la armonía, que siempre es poca En el agobiante recaudo de la vanidosa feria. Tu sonrisa entonces ya nunca jamás será opaca. Este poema está dedicado a mi prima Marisa, quien por una enfermedad nerviosa degenerativa de nacimiento ha permanecido durante toda su vida reducida a una silla de ruedas. Su sentido del humor y maravilloso mal genio han sido cruciales para todos nosotros, nos ha dado claves decisivas para entender la vida. Extraido de la colección LA DESNUDEZ DE LOS ARBOLES

Libre ensoñación

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NEGACION ...la oculta libertad de los olvidos Jorge Guillen La montaña y el valle eterno palidecen en la verde Eclosión orquestada: primavera inserta como pausada Melodía original, triste abandonada que luego pierde Todo el deleite conque prendió, como amante relegada. Incierta mocedad atrapada en el ser, en tanto arde Una creencia en la hoguera de la utopía malvada. Ruptura sin retorno, que resume jactancia cobarde, Mientras cae en el lánguido ocaso la ensoñación frustrada. Y cuánta ambigüedad con tibieza se expande Hacia donde razón y corazón, presos en el tedio, Arriesgarían jubilosos por que todo suceda. ¡Negación!... diluída en lo pasivo que tiende Hasta el torvo olvido de improbable asedio. Y libertad, inmemorial anhelo, es lo que queda. Extraido de la colección LA DESNUDEZ DE LOS ARBOLES RPI.- HU-32-07 Este poema es un tríbuto fervoroso al admirado maestro.

Sombras del tiempo

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PERPLEJA MIRADA A LOS SIGLOS ... una Rosa en las tinieblas. Stephanne Mallarmé Nocturna negritud que el mar argenta. Pálido contrafuerte imbuido por la tibia figura. Pastos de clérigo de un Parnaso que regenta Entre fango, por el torpe vivir en ciega amargura. Destellos del ego de quien ya no argumenta Cosa, insertos en la memoria por donde supura Orgulloso resquemor. Herida que no cura Su mala folla, mientras abrumado lamenta. Dudoso Olimpo de letras y de oro, generoso. Honor al magisterio de la letra impresa, Inmortal sí, también sello de clérigos vanidosos, imborrable. Secular discurso del verbo eximio y donoso Que alumbra sin medida la Poética excelsa, Mientras regresa de las tinieblas la Rosa amable. Extraido de LA DESNUDEZ DE LOS ÁRBOLES RPI.- HU-32-07

El poema de la página en blanco

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AQUI Y AHORA Página en blanco. Mente dispersa. Antes, la memoria. Hoy, esta emoción. Después, un enigma incierto. Alboroto de sensaciones y palabras... Abigarradas visiones y ensoñaciones... Acopio de vivencias y sufrimiento... Soy. Aquí y ahora. El resto, nada. Extraido de la colección LA DESNUDEZ DE LOS ÁRBOLES RPI.- HU-32-07 Escribí este poema hace unos cuantos años, seguramente en alguna noche en blanco cuando la página himaláyica se te resiste obstinada. A lo largo de los años he ido cambiando algunas palabras, puntos y comas. La esencia del poema subsiste, y la vida también me ha enseñado que la vituperada frase...(¿fue Picasso?), "la inspiración me pilla trabajando", pues es una verdad como un templo.

Música, amor y plenitud

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REGGAE EN SALOU Espuma blanca de olas muertas sobre la playa Traza el límite del embrujo nocturno al mar misterioso Gente festiva, olor de maría, multitud de colores... Esperamos, ávidos de lujuria, la noche de caribeann rithm El humo dibuja volutas sonrientes y nubes de sueños En el sensual artificio de la fiesta inmortal, desmedida. El negro Eddie Grant, con músicos negros y groupies blancos, Invade el escenario y el aire derramando reggae incitante. Gimme hope, Joanna, gimme hope... Horas voluptuosas detenidas, ligeras como plumas, Entre la arena bebo jadeante el sublime nectar del sexo. Una voz interior, desbordada de gratitud, susurra: Somos el universo, amor, somos todo: un mundo infinito, pleno. Extraido de la colección LA DESNUDEZ DE LOS ÁRBOLES (1985-2006) RPI.- HU-32-07

Adherido a la vida

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DIA NO TAN MALO Hoy el día nació Lleno de todos los malos augurios Con los que puede nacer un día. Sin gestos de amor, Sin dinero, Sin nada. ¿Para qué obstinarse en una nueva ilusión?, Para nada, más desencanto, más desolación: Un día negro, negro. Tan sólo una breve conversación En la barra de un bar con alguien Hace que vuelva a desear la vida otra vez. Juan M. Pueyo (Esplús, 1953) Extraído de LA DESNUDEZ DE LOS ÁRBOLES RPI.- HU-32-07

Poesía para un puente

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YO ESPERO, YO ANHELO, YO EDIFICARÉ... Espectrales y confusas sombras Perfiladas por un indeseado caos Se proyectan hacia torpes laberintos Cubiertos por visiones absurdas. Por esa oscuridad, ingénuo, te deslizas, Mientras a tus oídos se va acercando el grito. Yo espero, El rumor del arroyo La emoción del silencio La pureza del olvido. Yo anhelo, El rayo del amor puro La quietud del instante, Esa ventana hacia la ingrávida paz. Yo edificaré, Un puente hacia mi verdad, El atríbuto de mi existir, La desnuda insignificancia de mi ser, también. Extraído de LA DESNUDEZ DE LOS ÁRBOLES. Colección de poemas (1985-2007) RPI.- HU-32-07 Escribí este poema a principios de los noventa; o sea, que han pasado casi veinte años. Algunas expectativas previstas se cumplieron, otras no. No puedo quejarme, aunque en ocasiones continuo transitando el puente edificado.

Recuerdo

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MUERTE EN LA ESTACIÓN DE BUS Aquel vigor Que derribó obstáculos. Aquellos brazos Que estrujaron al amor. Aquellos ojos Que brujulearon silencios. Ya no son nada: Nunca más harán nada. Nada. Tu imagen, ya para siempre inerte, sobrevuela Nuestros descompuestos corazones. La triste aguja vacía Colgada de tu brazo, antaño invencible, Fue el  único y triste discurso Que nos dejaste en aquel sucio retrete, En aquella estación de bus de la Muerte. Extraído de la colección LA DESNUDEZ DE LOS ÁRBOLES RPI.- HU-32-07 Hoy se acercó a mi mente la imagen de un amigo desaparecido hace ya algunos años. Recordé que había escrito este poema en medio del dolor y la confusión que me atenazaban, así que hoy, a modo de una especie de terapia exorcista, me apetece mostrarlo. Fue encontrado muerto con una aguja colgada en el brazo, como tantos y tantos más. Para algunos su recuerdo quedará asociado a la imagen que expresa este poemilla y la aguja asesina; para su familia el infortunio de s

Persiguiendo ilusiones

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REFLEXION PRESCINDIENDO DEL GITA Duras palabras que obstruyeron el entendimiento… Desnudos hechos que frustraron el amor… Devastadoras vacilaciones que incendiaron el encuentro… Punzantes silencios que rasgaron el compromiso... En tanto, el Tiempo se filtra En la falaz vorágine de los días, Y tú te lanzas, con tenaz insistencia, En pos de la definitiva ilusión, triste Maya inveterada... Extraido de LA DESNUDEZ DE LOS ÁRBOLES. Colección de poemas RPI.- Hu-32-07

Se necesita toda una vida, para aprender a pintar

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SU PINTURA Fue la memoria sostenida por los años Lo que rasgó el velo de mi ignorancia. Impúdica y tenaz causa de persistentes daños Que golpean mi existir con singular virulencia. Preservaste tu belleza sin engaños Y volverte a amar fue singular experiencia; Nuestros corazones, libres ya de apaños, Fueron nutridos de pujante y renovada pasión. Me mostraste por tu natural, diáfano talento El sórdido terror a la indigencia espiritual: Tu inteligencia desplegó ante mí la verdad del Color. Mi vida huyó, arrancada al esperpento, De un fatuo vivir vacuo e insustancial.                   Qué sería de mi sueño sin el abrigo de tu calor. Extraído de la colección LA DESNUDEZ DE LOS ÁRBOLES RPI.- HU-32-07

El río de la vida

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JUEGO PELIGROSO Puedo aproximarme al irisado espacio De esa artificiosa energía, a veces, lúdica, Sin caos emocional alguno. Despacio, Puedo palpar esa falaz locura impúdica. Premura por lo sensual, enredado en el lacio Pelo de ese corcel impuro, cuyo galope indica La pauta del abismo, es el ardor. Mi silencio, Torpe y obstinado, insiste en la línea fatídica. Soporto el furioso ventisquero adictivo, Atenazado por la orgásmica heroína y el vino falso, Mientras mis días transcurren sin huella. Perplejo, desde mi gruta advierto lo objetivo Que contiene la mísera soledad: el amargo poso Donde la vida, en complejo enredo, se estrella. Extraído de mi colección LA DESNUDEZ DE LOS ÁRBOLES (1985-2007) RPI.- HU-32-07 Escribí este soneto en alguno de los escasos periodos de abstinencia que tuve, en medio de mis largos años de adicción a la heroína, la peligrosa "brown sugar" turca fumada en papel de plata, que capturaba mi vida de un modo miserable, haciendo de mi