Paraíso Para Dos




Escoger La Libertad

Me parece que fue un error
y tengo ganas de decirlo,
porque hace tiempo que no sé
de qué hablar cuando estoy contigo.

Tu juventud fue igual que un eco
de anticipados cataclismos,
mas tu alegría dominaba
como un verano enloquecido.

Ni tú misma puedes pensar,
qué lindo te iba aquel vestido
allí en la fiesta entre editores
viento palabras flores críticos.

Así te vi, pequeña chica
llena de luz. Más tarde fuimos
a bares hondos de penumbra
y a increíbles y extraños sitios.

Tú eras entonces periodista
y hablabas mucho, sí muchísimo,
de tus padres, de tus amantes
y aún mucho más de tu marido.

Le conocí meses más tarde:
era el clásico muchachito
emprendedor también muy joven,
muy puntual, correcto y limpio.

Era evidente, que su mundo
no era tu mundo, y sus amigos
formaban raro contrapunto
con tus ideas y tus libros.

El quería una mujer bella,
-y tú lo eres- una gatita
que le planchara las camisas,
y preparase buenos guisos.

Pobre muchacho. Realmente
no merecía del destino,
tantos truenos y sobresaltos
como pusiste en su camino.

El divorcio fue inevitable:
lo propusiste y él se avino.
La libertad volvió a tu vida
como un pájaro mal herido.

Ahora ha pasado muchos años,
te he visto en sitios muy distintos,
y al fin quisiera preguntarte:
La libertad...¿la has obtenido?

José Agustín Goytisolo (Barcelona, 1928-1999)

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