Un buen poeta librero




La puerta

Hay una puerta cerrada en un mundo de arena,
tras la que se escucha el ruido de la lluvia,
y hay manos de metal, cortadas manos de metal ardiente
arañando esa puerta, golpeando esa puerta,
cuya cerradura es un ojo en el que tiembla una lágrima.
Y el ruido de la lluvia es ahora llanto,
el llanto entero de ese mundo de arena;
y yo miro mis manos, pero no tengo manos:
mi corazón es lo que golpea contra esa puerta.

Sólo la derribará
el seco viento helado, que aguarda en los espejos.

Abelardo Linares (Sevilla, 1952)

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