Algunos versos imperecederos de Jaime Gil



Píos deseos al empezar el año

Pasada ya la cumbre de la vida
justo al otro lado, yo contemplo
un paisaje no exento de belleza
en los días de sol, aunque inhóspito en invierno.

Aquí sería dulce levantar la casa
que en otros climas no necesité,
aprendiendo a ser casto y a estar solo:
un orden de vivir es la sabiduría.

Y qué estremecimiento
purificado me recorrería,
mientras atiendo al mundo
de otro modo mejor, menos intenso.

Y medito en las horas tranquilas de la noche,
cuando el tiempo convida a los estudios nobles,
al severo discurso de las ideologías
-o la advertencia de las constelaciones en la bóveda azul...

Aunque el placer del pensamiento abstracto
es lo mismo que todos los placeres:
reino de juventud.

Jaime Gil de Biedma (Barcelona, 1929-1990)

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