Hoy el Atletico de Madrid juega contra Nadie

Publicado Domingo , 14-02-10 a las 09 : 40
Ni una excusa. En el discurso de Guardiola nunca hay lugar para las lamentaciones. Hoy no tiene prácticamente a nadie para frenar a Diego Forlán y al «Kun» Agüero, pero tampoco piensa llorar y menos públicamente...

(Diario ABC)

Es lamentable lo de algunos periodistas de este país, su desidia, su incompetencia, y en algunas ocasiones su indiscutible mala fe. Ignoro de qué se trata en este caso. A este buen hombre no se le ocurre otra manera mejor de empezar su crónica, sobre la previa del partido de la jornada de hoy domingo, como podéis ver más arriba, copiado y pegado de la edición digital. Guardiola no se queja. De acuerdo, muy bien, no suele hacerlo. Pero me temo que si Guardiola lo lee, va a pillar un mosqueo de campeonato. Lo que dice este periodista, el ninguneo a la plantilla, es que puede irritar no sólo al entrenador Guardiola, sino a Milito, Puyol, Maxwell, Jeffren, Busquets, Keita, Iniesta, Messi, Xavi, Ibrahimovic, Henry, Bartra, Dalmau, Muniesa, Fontás, estos últimos cuatro jugadores son jóvenes canteranos, que se ha llevado para cubrir la plaga de lesiones y expulsiones, que asola la linea defensiva y centro de campo; y a todos ellos el artista les ha dado el homérico nombre de Nadie, arrastrado por no se qué impulso; se irritaran también los padres de estos chicos, sus abuelos, sus novias, sus amigos, y los que vemos todos los partidos de fútbol que ponen en la tela y alguno en el campo en directo, o sea, a los que nos gusta el fútbol, porque estamos hasta el gorro de soportar plumillas estúpidos, y locutores verdaderamente tontos (somos muchos los que quitamos el sonido mientras vemos el partido), y todos estos millones de personas sabemos que la victoria de un equipo la consigue TODA la plantilla, y la responsabilidad de la derrota es de TODA la plantilla. Esto es repetido por todos los técnicos y demás gente del fútbol hasta la saciedad y desde hace muchos años, pero, por lo visto, la idea no termina de calar entre alguna gente de tecla rápida, injertada tal vez de manera precipitada en el trascendental y serio mundo de la información.
Los aficionados, los hinchas, podemos hablar como nos de la gana en nuestras discusiones de barra de bar, y decir lo que nos de la gana; nunca faltando al respeto cívico, por supuesto. Pero en el caso de un señor que se gana los garbanzos juntando palabras para informar al común, con la pretensión de alumbrar ideas y opiniones sobre cualquier hecho puntual, es imperdonable un fallo de esta índole por el destrozo que ayuda a causar en tantos ámbitos, y son tantos los errores, que no es de extrañar el caos reinante en el lenguaje escrito en la Red, la confusión de conceptos, el mal uso ortográfico del idioma, la persistencia en malos hábitos. Y aquí los profesionales de la prensa tienen una responsabilidad muy importante, pero que muy importante: ellos no pueden fallar, o fallar el mínimo posible. Si un agricultor está regando el sembrado, y el agua va al camino, en vez de ir a las matas recién nacidas, por desidia no tapa el agujero y deja continuar la derrama, está perdiendo el agua y el tiempo, ademas del dinero de la futura recolección. Pues lo mismo sucede en el caso que nos ocupa. Lo curioso es que cuando se les insinúa esa responsabilidad, se enfadan y arguyen lo de siempre: que si la premura, que si el vértigo de la actualidad. Y no es que cueste tanto leer y releer un poco lo escrito, y clickar en "editar". En este caso también hay un criterio conceptual del firmante erróneo y patético.

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