Exhuberante Soraya

Soraya, precioso nombre musulman, que así a bote pronto junto al cristianísimo apellido Saenz de Santamaría, parece que no casan de ninguna manera, aunque en cierto modo, casi con toda seguridad, podría decirse que simboliza a la perfección la simbiosis que se produjo durante siete siglos de convivencia entre esas dos grandes culturas de la civilización actual en esta península Ibérica nuestra. 
Muy sugestivo y acertado nombre de pila para el apellido de la vivaracha y estupenda portavoz parlamentaria del Partido Popular, que ha tenido la gallardía y el sabio descaro de posar para el suplemento semanal de el periódico El Mundo, mostrando todo su esplendoroso encanto treintañero con sensual y sensata naturalidad, de otra parte impensable en ciertas políticas de la derecha actuales, y no tan lejanas en el tiempo. Con este golpe de efecto, Soraya, puede hacer infinitamente más por liberar a la cavernícola derecha española de sus enlodadas catacumbas, que por supuesto, muchos de sus despistados compañeros de partido con sus pesadas y aburridas acusaciones al gobierno, olvidándose de promover alternativas de oposición, cuya querencia al viejo y fracasado discurso de aquellos rancios líderes de antaño: Aznar, Acebes, y cía, es pesadamente notoria. Los entusiastas acompañantes de las algaradas durante la legislatura pasada del cardenal Rouco Varela por las calles de Madrid, que trufaron nuestra vida cotidiana del finde hasta el hastío, no se enteran. 
Sorayita les ha dado a todos una contundente lección de modernidad del siglo XXI.
Aunque es igual, no la captaran, ellos continuan a lo suyo, con su impávida y pertinaz fe en ese método para recuperar el sillón de La Moncloa, incapaces de vislumbrar, o columbrar, que el camino que marca la portavoz, sea tal vez el acertado.
Lo único que chirría aquí es la actitud del malévolo director de El Mundo, el poderoso Pedro J. y su campaña anti- Rajoy, ¿qué pretende anticipando en la portada de la edición del viernes una foto destinada al suplemento del domingo?, ¿poner a la exhuberante y menuda política a los pies de los caballos de la chafardería, tan cultivada en la Villa y Corte?, o ¿tal vez remover los atávicos conceptos morales que atascan lastimosamente a la derecha española?.
Imposible conocer a ciencia cierta de este sibilino personaje. Cuando pasen unos meses, quizás. Aunque viendo a Soraya Saenz de Santamaría en esa foto, uno puede entreveer, sin riesgo a equivocarse mucho, un rumbo de esa anquilosada derecha más coherente con los tiempos que vienen en la sociedad española. 
Por ello, gracias, Soraya, por tu aportación al progreso. Y aprécialas, pues te las da un librepensador español, acráta convencido y nada proclive ni sospechoso de afinidad a las ideas de tu partido. 
  

Comentarios

Entradas populares de este blog

Déjonos harto consuelo su memoria

Qué Se Hicieron Las Damas Sus Tocados Y Vestidos, Sus Olores

Nuestras vidas son los ríos